León (Llión, en leonés; León en gallego) es una provincia
española situada en el noroeste de la comunidad autónoma de Castilla y León y
su capital es la ciudad de León. Limita al norte con el Principado de Asturias
y Cantabria, al este con la provincia de Palencia, al sur con las provincias de
Zamora y Valladolid y al oeste con Galicia, concretamente con las provincias de
Orense y Lugo. Tiene una extensión de 15.581 km² y en 2012 contaba con 494.451
habitantes.
Está dividida en 211 municipios, agrupados en siete partidos
judiciales: Sahagún, León, La Bañeza, Ponferrada, Astorga, Cistierna y
Villablino.
Lugar
de paso entre importantes
regiones de la península Ibérica, por la provincia leonesa discurren dos
grandes rutas: de sur a norte la Vía de la Plata, y de este a oeste el Camino
de Santiago.
Localización
La provincia de León se localiza en la
parte noroccidental de la península ibérica, en la comunidad autónoma de Castilla y León (España).
Limita por el norte con el Principado de Asturias y con Cantabria,
donde la cordillera
Cantábrica juega
el papel de frontera natural entre la Meseta Norte y la costa cantábrica. Por el oeste, son distintas unidades del macizo
Galaico-Leonés quienes ejercen de frontera con las provincias gallegas de Orense y Lugo. Al
sur limita con las provincias de Zamora y Valladolid y al este con la provincia de
Palencia, sin que exista una frontera natural entre ellas.
Geología
El territorio de la provincia de León
no constituye una unidad homogénea sino que se pueden diferenciar tres grandes
unidades geológicas: al norte, coincidiendo con la unidad morfológica de la cordillera
Cantábrica, aflora el zócalo paleozoico, al oeste se encuentra la depresión del
Bierzo y el conjunto constituyente del macizo
Galaico-Leonés, y el resto del territorio lo constituye la cuenca sedimentaria que
ocupa la mayor parte de la comunidad autónoma y en la que se distinguen dos
tipos de roquedo, los materiales del viejo zócalo del Primario y los materiales sedimentarios depositados durante el Terciario y el Cuaternario en el centro de la misma.
Relieve
Desde el punto de vista estructural, el
relieve de la provincia se organiza en torno a tres grandes unidades
morfológicas: la cordillera Cantábrica, el macizo Galaico-Leonés y la Meseta.
Las formaciones montañosas ocupan una parte importante del relieve, estando más
del 50% de la superficie total por encima de los 1.000 metros de altitud.
Cordillera Cantábrica
La cordillera
Cantábrica está
representada por el llamado macizo Asturiano. De entre todo el conjunto
destacan los Picos de Europa,
donde los contrastes topográficos resultado de la orogenia
hercínico-alpina se han
visto acentuados por el encajonamiento de la red fluvial (con profundas hoces
como el desfiladero de Los Beyos y la garganta del
Cares), y donde encontramos cumbres que pasan de los 2.500 m de altitud como Torre de Cerredo (2.648 m) o Torre del Llambrión (2.642 m). Las formas verticales, los circos glaciares, los
complejos kársticos, las
gargantas, los neveros, los,
las dolinas y las simas son los elementos más significativos.

En la zona occidental, las alineaciones
se disponen de oeste a este, dejando corredores fluviales que, en el caso de
los ríos Luna y Omaña,
abrieron las depresiones que conforman las comarcas de Babia y Omaña. En
el sector central, distintos cursos de agua abrieron valles transversales de
disposición norte-sur, llegando a formar en algunas ocasiones gargantas como
las Hoces de
Vegacervera o las Hoces de Valdeteja. El modelado glaciar y el modelado
kárstico dejaron su impronta con formaciones como la cueva de
Valporquero .
Macizo Galaico-Leonés
Los montes
galaico-leoneses cierran
a la provincia por el oeste, separándola de Galicia.
Constituyen un abombamiento del antiguo macizo paleozoico que se fracturó en distintas unidades: la sierra de Gistreo, con el pico Catoute (2.117
m), los Montes de León, con
el Teleno (2.188 m), La Cabrera, con
el Vizcodillo (2.121 m), y las montañas occidentales como los Ancares, con
el Cuiña (1.992
m), y el Caurel,
con el Montouto (1.541 m). En el centro de todas ellas
se formó la hoya del Bierzo caracterizada por un paisaje de campiñas y vegas. Las cumbres son aplanadas,
interrumpidas por alineaciones de crestones de cuarcitas (picones, altos,
peñas), y las formas glaciares se manifiestan con ejemplos de valles en U o con
lagos como los de Truchillas y La Baña.
La Meseta
El sector leonés de la Meseta ocupa la parte central y sureste de la provincia siendo el extremo
noroeste de la cuenca sedimentaria que ocupa el interior de España. Con una
altitud media entre 700 y 1.000 metros de altitud, es un relieve casi
horizontal de páramos con suaves ondulaciones tan sólo interrumpidos por
terrazas e interfluvios.
Los ríos que descienden, tanto de la
cordillera Cantábrica como del macizo Galaico-Leonés, se han ido encajando en
los depósitos, formando valles entre los que destacan los interfluvios. A
estos relieves planos y elevados se les conoce como páramos de rañas o chanas.
En la
zona sur, sobre los materiales sedimentarios la erosión provocó amplios valles
con interfluvios que apenas destacan. Estas llanuras onduladas, al entrar en
contacto con los páramos del centro de la cuenca, dejan de ser espacios
abiertos al ser interrumpidas por cerros testigo, tesos o alcores.
Hidrografía
Ríos
Debido a su estructura montañosa, la
provincia leonesa reparte su territorio entre tres cuencas hidrográficas: Cantábrico, Miño-Sil (hasta 2008, ambas conformaban la Confederación Hidrográfica del Norte), y Duero. La
cuenca del Cantábrico representa tan sólo el 2,2% de la superficie,
limitándose, por un lado, a los valles de Sajambre y Valdeón,
drenados por los ríos Sella y Cares, y
por otro, a los valles de Balouta y Suarbol con los ríos Balouta y Moreira, que fluyen hacia el río Navia.
La cuenca del Miño-Sil representa el
27,7% de la superficie provincial y está separada de la cuenca del Duero por
los Montes de León, a
partir de los cuales, y hacia el oeste, se expande el sistema del Sil.
Éste, que nace a más de 1.500 metros de altitud en la vertiente leonesa del puerto de Somiedo,
atraviesa las comarcas de Laciana y El Bierzo y tiene como aportes principales, dentro de la provincia, a los ríos Boeza, Cúa, Burbia, Selmo y Cabrera.
La cuenca del Duero representa el 72,1%
de la superficie y tiene como eje principal el río Esla, uno
de los principales afluentes del Duero con 5.040 hm al año. A él
vierten sus aguas la mayor parte de cursos fluviales de la cuenca a través de
sus afluentes Porma (con su afluente el Curueño), Bernesga (con su afluente el Torío), Cea y Órbigo(con
sus afluentes Tuerto, Turienzo, Duerna, Jamuz y Eria).
También forman parte de la cuenca el río Valderaduey, que
vierte sus aguas al Duero en las cercanías de Zamora, y el
río Grande, que desde los valles de Besande y Valverde de la
Sierra desagua
en el Carrión, ya
en la provincia de
Palencia.
Lagos
Entre los lagos y lagunas de origen
natural podemos distinguir dos tipos, los de origen glaciar y los esteparios. A los primeros corresponden, entre otros, los lagos Ausente eIsoba en Puebla de Lillo, el lago de La Baña, el lago de Truchillas o el Pozo Cheiroso en Valdeprado. De tipo estepario son, entre otras, la
laguna de Chozas de Arriba, las
lagunas de Saelices del Payuelo, la laguna de Cal en Fontecha,
la Laguna Grande en Bercianos del Real Camino y la laguna de Villadangos del Páramo.
El deterioro de la capa freática ha provocado la desaparición de muchos de los humedales que existían en
la provincia, al igual que la desecación de lagunas en el Páramo tras la concentración parcelaria y la puesta en marcha del regadío artificial. En su obra de 1948, Luis
Pardo describió 125 en León, de
los cuales sobreviven tan sólo medio centenar.
Embalses
Varios cauces fluviales tienen regulado
su caudal mediante pantanos, embalses y presas. En la cuenca del Miño-Sil se
encuentran los de La Campañana, Las Rozas,Matalavilla y Bárcena.
Excepto este último, que también se usa para abastecimiento y regadío, todos
ellos sirven para generar energía
hidroeléctrica.
En la cuenca del Duero se sitúan los de Barrios de Luna, Casares, Porma, Riaño y Villameca. La mayoría de ellos genera
también energía hidroeléctrica además de su uso como abastecimiento y regadío,
y algunos de ellos, como los de Barrios de Luna, Porma y Riaño, son usados
también para la práctica de deportes náuticos.
Clima
En invierno, las nevadas son habituales en parte de la provincia,
especialmente en las montañas.
En términos climáticos, la provincia de
León sirve de transición entre la Meseta y las zonas montañosas. El clima
predominante es el mediterráneo continentalizado,
aunque matizado en algunas zonas, como el noroeste, de influencia atlántica, y la
hoya berciana, de temperaturas más suaves. En general, son características una
elevada amplitud
térmica (desde
los 12 a los 20 °C), inviernos fríos y largos, primavera y otoño cortos, heladas y veranos cortos y calurosos.
Las precipitaciones se reparten de forma irregular a lo largo del año y dependiendo de la
zona. Así, en la franja norte y noroeste se alcanzan los 1.500 mm anuales
mientras que en determinadas zonas del sur de la provincia apenas llegan a los
500 mm. Dichas precipitaciones se concentran sobre todo en otoño y primavera
con un mínimo en verano, especialmente acentuado en la llanura, y en forma de
nieve en invierno.
En cuanto a las temperaturas, en
general es un clima frío debido a la altitud y la abundancia de heladas (que
persisten de noviembre a mayo), siendo más intenso en las zonas montañosas
llegando a alcanzar los -18 °C por ejemplo en Villamanín.
Los veranos son cortos, siendo los días más calurosos entre el 15 de julio y el
15 de agosto en que se pueden llegar a superar los 30 °C.
Flora
La flora de la provincia de León es muy
variada, con unas 3.000 especies distintas que representan el 20% de las que se
pueden encontrar en la península
ibérica. Las formaciones
vegetales presentes muestran una diferenciación entre la llanura y la montaña,
aunque en ambos dominios predominan las especies mediterráneas y de transición
a la vegetación atlántica.

Tras la última glaciación, se
implantó un clima más árido propiciando el desarrollo de vegetación xerófila y así, el hayedo retrocedió a las montañas Cantábricas. Allí donde éste se retiró, se implantó
la encina,
estando actualmente presente solo en rodales dispersos ya que la mayor parte
desapareció al sustituirse por tierras de cultivo. Son montes de pies raquíticos,
utilizados tradicionalmente para carboneo y leña, de los cuales el más extenso
es el encinar de Becares. Junto a la encina se desarrollan el
quejigo y las sabinas, que
se encuentra en espacios más áridos y de más baja temperatura, como los
sabinares de Crémenes y Mirantes de Luna. En
las zonas más húmedas se desarrolla el rebollo, ocupando
grandes superficies (siendo la provincia leonesa la que mayor extensión
presenta de ellos) como monte
degradado que ha perdido su porte original.

En cuanto a la montaña, ofrece matices
como la altura, la temperatura o la humedad. Hasta los 1.400 metros de altitud
se desarrollan los rebollares que enlazan con las repoblaciones de pino silvestre (o en estado natural como en Cofiñal), y en la base con los robledales de carballo y albar, con
los bosques de castaños en El Bierzo o los hayedos de las montañas Cantábricas, entre los cuales destaca el Faedo de Ciñera, considerado en 2007 el bosque mejor cuidado de España.
El sotobosque de estos bosques está
cubierto por formaciones de matorrales constituidas por helechos, brezo o tojo. Allí
donde los árboles no pueden crecer por efecto del frío y de los vientos se
encuentra una vegetación de constituida por piornos, enebros, escobas o retamas. La variada masa forestal favorece la
aparición de distintas especies de musgos y líquenes, como barbas de capuchino, pulmonarias o musgo de
Islandia, así como una abundante flora micológica.
Fauna
La provincia cuenta con una fauna rica
y variada debido a su situación de transición entre el mundo mediterráneo y el
eurosiberiano y entre la llanura y la montaña. Así, en cuanto a los íctidos,
las aguas leonesas sustentan especies autóctonas como trucha común, tenca y barbo o alóctonas como el lucio. En
relación a los distintos medios acuáticos están presentes anfibios como el tritón jaspeado,
mamíferos como el desmán o la nutria, y
aves como distintas especies de ánades y lavanderas o el martín
pescador.
En las zonas llanas de la provincia se
encuentran aves como la avutarda o el cernícalo y pequeños mamíferos como la liebre y, en zonas arboladas, la comadreja o el armiño. En
el entorno de los núcleos de población son comunes las cigüeñas blancas, la golondrina,
distintas especies de páridos, las grajas, que
en España tan sólo se reproducen en la zona centro-sur de la provincia, o rapaces como el milano real. En
las zonas que dan paso a campiñas o bosques están presentes mamíferos como el jabalí, el zorro, el corzo o el lobo. Por
último, en las zonas de montaña, ya sea en pastizales o en bosques, habitan el ciervo, la cabra montés, el rebeco, la perdiz pardilla o la garduña y aves como el águila real.

Sin embargo, las especies más
emblemáticas dentro de la provincia son el oso pardo y el urogallo. El primero,
en su núcleo occidental, se extiende, dentro de la provincia, por Los Ancares, Laciana, Babia y Omaña, y en
su núcleo oriental ocupa la Montaña de
Riaño. Amenazado de peligro de
extinción, en los últimos años su población se ha incrementado gracias al apoyo
de las administraciones y el trabajo de organizaciones como la Fundación Oso
Pardo con
proyectos de conservación y educación medioambiental.
En
cuanto al urogallo, desde principios de los años ochenta ha venido sufriendo un retroceso de su población de hasta el 70% debido
a la fragmentación de su hábitat, la baja tasa de reproducción y el alto grado
de depredación por lo que se
están llevando a cabo programas de conservación mediante mejoras del hábitat o
cría en cautividad, entre otros. Además,
desde 2005 está constatada la existencia de una población de urogallos en los montes de León, los
situados más al sur de todas las poblaciones conocidas, cuya adaptación a un
ecosistema mediterráneo resulta única en su especie, viviendo en condiciones de
sequía estival y con una dieta distinta a la habitual.
Espacios
de interés medioambiental
Red de Espacios Naturales
Desde que en 1991 la Junta de Castilla y León se adscribió al marco legal que permitía la protección y regulación de
sus espacios naturales, se ha ido configurando una red que, a fecha de 2010,
integra cerca de cuarenta espacios bajo distintas figuras de protección. De
todos ellos, la provincia de León alberga ocho espacios entre los que destacan
el Parque Nacional de Picos de Europa,
creado en 1995 a partir de la ampliación del Parque Nacional de la Montaña de
Covadonga, y el Parque Regional de Picos de Europa,
creado en 1994.
En cuanto a Espacios Naturales están la Sierra de Ancares,
ejemplo de convivencia de influencias gallegas, leonesas y cantábricas, Las Médulas, con
su característico modelado antrópico fruto de la minería romana, el Valle de San
Emiliano, ejemplo de zona de transición entre la flora y fauna eurosiberiana y
la mediterránea, y las Hoces de
Vegacervera, de alto valor geomorfológico.
Por último, los monumentos naturales
del lago de La Baña y del lago de Truchillas, que destacan por sus valores
botánico, faunístico y geomorfológico pero que en la actualidad se encuentran
amenazados por la presencia de explotaciones mineras a cielo abierto.
Reservas de la Biosfera
Las áreas catalogadas como Reserva de la
biosfera, reconocidas por la Unesco por su interés científico y su riqueza natural y cultural, están
representadas en León por siete espacios que ocupan un total de 3.290,253 km2 (un 21,12% del total de la superficie
provincial).
Red Natura 2000
La Red Natura 2000, cuyo
objetivo es asegurar la supervivencia de las especies y hábitats más amenazados
de Europa y que consta de Zonas de especial conservación (ZEC),
catalogadas previamente como Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), de
acuerdo con la Directiva de
Hábitats, y de Zonas de especial
protección para las aves (ZEPA), dadas en virtud de la Directiva de Aves. está presente en la provincia con 16
LIC y 11 ZEPA.